JODER QUE SEMANAS!!!!

Menudas semanitas llevo. El lunes me toco hacer la tirada larga de la semana pasada, que entre cursos que tuve que impartir y curro, trabaje lo mismo que el común de los mortales, y eso para los que no estamos acostumbrados, pues lo pagamos. Cada uno lleva su ritmo, y si lo cambias de repente, en la vida diaria te aturullas, y corriendo petas.
Así que para el miércoles, pensaba hacer los 45 minutos con las rectas, el viernes las series y el domingo la media de Sigüenza. Me iba a saltar mi régimen de tres días a la semana, pero bueno.
Llegó el Martes y se trunco de nuevo la semana. Eran las tres y cuarto, y llegaba tarde al cole a recoger a Gala. Era su segundo día de cole con comedor, y como os decía, llegaba tarde, así que corre que te corre me dispuse a llegar a mi hora. A la altura de la baya del colegio vi como aparecía la fila de los más pequeños. Me quedaban cien metros para llegar, a mi velocidad de crucero treinta segundos. Yo les miraba de lado, en vez de mirar al frente, la verdad es que es un camino sin obstáculos.
CATACCCRRRRAAASSS, me doy un ostión de muy señor mío, no se ni por donde me ha venido, pero el tajo que me han dado en la espinilla… ni que fuese Messi. Me levanto, me miro la palma de la mano, magullada del asfalto, me pregunto ¿Qué me ha pasado?... y veo cuando levanto la mirada una bici tirada en el suelo ¿pero como no la ha podido ver?...¿seré gilipollas?... No es que la haya saltado y me haya tropezado, no. ES QUE NO LA HE VISTO. Le he metido una patada con todas mis ganas y me he ostiado.
Si es que no se puede vivir con prisas, y menos si no estás acostumbrado.
Por la tarde, a la altura del tobillo, bueno un poco más arriba, tenía un huevo de tamaño original incrustado dentro de la piel.
CONSECUENCIAS: me he saltado el entreno del miércoles, y hoy jueves ya veré lo que hago.