Consistía en la ascensión a la Peña Güeva en familia. Los niños mayores de cinco años, junto con sus padres.
El año pasado esta actividad tuvo un éxito de participación que nos sorprendió. Este año, sin sorprendernos, aumentó mas todavía.
Quedamos en la base para empezar a ascender. El recorrido que habíamos preparado no era por la ruta normal (subir por la pista hasta la bifurcación y de allí a la cima). Era una ruta secreta, por la parte de atrás de la peña, su cara sur. Para llegar allí era necesario pasar por un barranco tan precioso como poco conocido.
A los chicos les encanta ir al campo, somos los mayores los que siempre estamos buscando excusas para no llevarles. Va a llover, hace frío....etc. A ellos les da igual mojarse y además no pasan frío. No paran de moverse.Una cosa teníamos clara y así se lo dijimos a quien nos preguntó. Estando tan cerca de casa la actividad no se suspendía pasase lo que pasase. El que quiera que vaya y el que no, el se lo pierde. Al final salió un día estupendo.
Al final duró mas de dos horas el ascenso y el descenso. Se lo pasaron genial los niños y los padres-madres, a pesar de que algún adulto sufrió de lo lindo para subir.
La verdad es que habrá que hacer mas actividades de estas.

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