"Caminante no hay camino, se hace camino al andar"

"Caminante no hay camino, se hace camino al andar"

si vas corriendo, más camino andarás.

domingo, 3 de junio de 2012

MEDIA MARATÓN DE MONTAÑA DEL OCEJÓN

ROBLELUENGO es el lugar donde nace esta carrera. Es un pueblecito de la zona norte de Guadalajara del entorno de los denominados pueblos de la arquitectura negra. Son denominados así por su construcción mediante pizarras, siendo esta la roca presente en la zona, lo que les convierte en únicos. Cuando digo pueblecito, me refiero a que apenas viven 25 personas, probablemente menos, aunque en verano y los fines de semana se añadan algunos vecinos más, igual el doble. Vamos, toda una multitud.

FERNANDOB es el alma mater de la carrera, el coordinador de treinta personas voluntarias para el buen desarrollo de la prueba, todo un personaje, viajero y ciudadano del mundo, tal y como le gusta describirse.

EL PROGRAMA reúne todas y cada una de las necesidades de una carrera diferente, la feria del corredor es sustituida por un mercadillo solidario y artesanal. Mientras los padres calientan, los niños y niñas se entretienen en un taller de reciclaje. Una vez se da la salida de la carrera y mientras los mayores suben al Ocejón, hacen carreras de menores con las categorías del pueblo de toda la vida (ñajos y grandotes), además de una gimkana.

A las diez se cena una paella vegetariana y a las once se reparten los trofeos artesanales a todos los corredores, nombrados de uno en uno. Por supuesto a media noche es cuando empieza la música, las risas y la fiestuqui.

Al día siguiente, con el despertar del gallo y la luz del amanecer, te dan de desayunar y la despedida personal.

156 EL DORSAL que conseguí a última hora, y que me dio la oportunidad de correr en esta carrera tan maravillosa. Es nuestra carrera de montaña, la de casa, la que me iba a perder porque no me había inscrito ya que tenía que trabajar y una semana antes conseguí cambiar el turno. A las cinco de la tarde me lo dieron tras confirmar unas cuantas bajas. Sino me habría conformado con vivir la carrera desde fuera y haber hecho unas fotos en la cima.

LA SUBIDA empieza con un llano inicial de unos seis kilómetros, en los que me situé bien en carrera, en la parte de adelante, cogiendo ritmo sin machacarme mucho. Tras el primer avituallamiento empiezan las rampas y con ellas yo a andar. Tenía un calor asfixiante entre las jaras florecidas, estaba incomodo, me sobraba la camiseta y me empezaron a pasar unos cuantos corredores. En peña Bernarda el agua me dio la vida, conseguí refrescarme, bajar la temperatura y a pesar de las siguientes rampas recuperarme un poco, para llegar al ocejoncillo con mucho mejor ánimo.

LA DULZAINA me dio fuerzas. Fue oírla al entrar al valle del Ocejón, pisar la galluba y venirme arriba. Empezaba a pensar en remontar posiciones cuando veía que me acercaba a mis predecesores en las zonas más técnicas. Y justo cerca de la cima tenía que aprovechar esta circunstancia.

EL OCEJON es nuestro pico, el más característico de la provincia, en el que nos hemos iniciado todos los alcarreños que vamos a la montaña, el que no sabes cuantas veces has subido porque has llegado a perder la cuenta pero sin embargo recuerdas tu primera ascensión con tu padre siendo un mico.

EL DESCENSO lo hice directo en la zona de la cumbre, sin seguir la senda. Ahí remonté un par de puestos. El vallecillo se pasa muy rápido, me animaban otros corredores que subían, pero no podía ni mirarles a la cara, estaba concentrado en la bajada y no podía perder el ojo del camino. En la pequeña travesia al ocejoncillo me avisaron los gemelos que me relajase un poco. Cogí fuerzas, aire, me concentré de nuevo y a seguir bajando. El avituallamiento de peña Bernarda me dio de nuevo la vida, igual que al subir, aunque ahora la elección fue isotónica.

Qué alegría te da cuando pasas a gente bajando. Uno, dos, tres, y todo sin bajar despendolado, aunque sí fuerte. Solo quedaban dos kilómetros de bajada y otros dos “llanos”, y a estos últimos los temía. Son rompepiernas y mas si ya las tienes absolutamente rotas. Por el paso de Majaelrayo adelanté también a Francisco. Pensé que me seguiría pero no fue así. Finalmente sufrí en esos últimos kilómetros, pero yo creo que lo hacemos todos en igual medida.

DOS CERO DOS fue el tiempo que empleé en subir y bajar. Octava posición. ¡Y me lo quería perder!…el masajito de después, porque tienen hasta masajistas.

DEL OCEJÓN AL CIELO solo hay un paso. Es una carrera diferente, auténtica, muy bien organizada, amable, dura, respetuosa, muy animada, solidaria, agradable, única, global, cercana, y no solamente a casa, a los orígenes, mimosa, artesana, rural y sobre todo cariñosa.

Estáis invitados a correrla. No os defraudará.

4 comentarios:

  1. Vete preparando para el otoño la primera "4 SUBIDAS AL PICOZO"....
    Un abrazo amigo
    Peta

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Igual solo cuatro subidas se me quedan cortas, no? Solo teneis ese monte por Palmaces?

      Eliminar
  2. Muy buena carrera Luis. ¡Well done!

    ResponderEliminar
  3. Gracias. Si, la verdad es que estoy en un estado de forma excelente, y últimamente me están saliendo muy buenas carreras. A ver cuanto dura...

    ResponderEliminar

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...