Los preliminares a la salida los omitiré, puesto que no hubo nada interesante, salvo que me encontré con Fede. Un antiguo entrenador mío de natación, que le ha dado por hacer locuras de estas de 100km corriendo. Charlamos un poco, le conté mi proyecto de este año de la G2ehumiliak, y nos deseamos suerte. Es agradable encontrarse con buena gente que hace un montón de años que no ves, y más si no te lo esperas.
El calentamiento no fue muy intenso, pero si duró hasta justo antes de salir. En el arco de salida me coloqué en segunda fila, y entre risas les avisé “yo en segunda fila, que en estas carreras siempre hay cadáveres, y yo prefiero recogerlos a ser uno de ellos”. En Pálmaces, se dieron cita casi todos los corredores populares, incluso las viejas glorias que han empezado a correr de nuevo.
Se dio la salida, y….madre mía que ritmos, por debajo de 3´15 los primeros 800m….hasta el pie del cerro. Yo me limité a ir a mi ritmo, que no era lento, pero dejando que se fuesen. La situación era la siguiente. Uno despendolado de blanco por delante (la explosión después se oyó al otro lado de la sierra), tras él, seis corredores más o menos cerca pero disgregados, y ya más atrás me encontraba yo comandando el pelotón de los segundones. En la primera cima del Picozo me planté séptimo.
La primera bajada era por pista, y me la tomé con calma, jajaja a 3´21, no es sitio donde poder recortar mucho tiempo, me abrí un gel y le metí un chupito. Esta bajada simplemente es un trámite para encarar la siguiente subida.
Nada mas iniciar el segundo ascenso al Picozo, se me pegó al trasero un compañero de fatigas, el cual me acompaño hasta la cima, los dos pasamos al de la explosión. Ni le di paso, ni me lo pidió, pero le oía resoplar entre mis jadeos. Cuando estábamos recorriendo la cresta aparecieron por en medio del monte, ascendiendo, los que anteriormente iban primero y segundo…Ya se han perdido los asfalteros y eso que está el monte lleno de plásticos colgando…pensé para mis adentros. Si es que no se puede ir tan deprisa.
En la cima me paré en el avituallamiento a beber agua, para acompañar otro chupito del gel. Los geles no me entran de golpe y me gusta ir tomándomelos poco a poco. Con la parada, de nuevo iba séptimo pero ahora junto al quinto y sexto.
La segunda bajada se las trae, la inicias por la pista, algo así como trescientos metros, para pasar posteriormente a ir campo a través, hasta coger una senda que poco a poco se va incrustando en el barranco. Al principio con el airecillo me lloraban los ojos y no daba de sí para correr y ver donde ponía los pies. Más abajo se me secaron y tras darle paso a Mario “orzohuei” que bajaba despendolado, hice por seguirle a dar caza a los que nos precedían. Este no era su territorio y estoy seguro que sufrieron un montón, aparte del tiempo que les metimos. Aquí si que había que darlo todo, es donde se saca tiempo.
Al llegar al río, nos cantaron los puestos al trío…quinto, sexto y séptimo…Lo cruzamos, y en la vega decidí dar otro chupito al gel. Tenía claro que por detrás iban a venir de nuevo a apretarnos y había que recuperar fuerzas sin perder ritmo.
La tercera subida empieza poco a poco, a los de delante hacía mucho que no les veíamos y en una zona abierta les ubicamos. No estaban muy lejos, y tanto Mario como el desconocido decidieron darles caza. Se me escaparon un poco, no quería cebarme porque conociendo la cuesta se me podía atragantar en el gaznate. Así que decidí no seguirles en un principio. A un tercio del ascenso me empecé a encontrar mejor. Es cuesta arriba, pero se puede correr, todo es cuestión de cogerle el ritmo. Decidí ir a empujones, cuando corría apretaba bien, y descansaba andando deprisa. Los de delante, que habían dado caza al cuarto, iban corriendo todo el rato, pero poco a poco les iba acortando la distancia, hasta casi alcanzarles. Justo en el collado había un avituallamiento del cual cogí dos trozos de naranja. Desde allí se seguía subiendo un poco más, hasta lo alto del páramo.
Arriba, ya en el paramo, me decidí a darles caza. Si les alcanzaba disputaríamos el cuarto puesto, puesto que al tercero ya no se le veía. Yo tenía la ventaja de conocerme el terreno. Simplemente quedaban nada más que tres kilómetros llanos, dos de bajada y el repecho final. Era el momento de menear el árbol y …. la fruta calló madura. Y le di caña, el km11 llano total 4´14, el km12 con 20m negativos 3´32 aquí ya no íbamos juntos, km13 con 100m negativos 3´41, km14 llano 3´36 fue cuando vi que llegaba desde atrás uno de los asfalteros dándolo todo.
En meta fui quinto 1h 12´06”. Gala y Elio ni me esperaban tan pronto en meta, estaban despistados.
Arantza 11ª 1h 42´01" estupendamente.
Después disfrutamos de la entrega de los premios Alcarriatrekking, a los más lejanos y a los penúltimos. La gente alucinaba, nunca habían visto unos premios iguales, con ovación de gala a los premiados.
Y por último la subida al pódium ya que había trofeo para los diez primeros.
Contentísimo con la carrera que me salió.