Por diversos motivos se nos chafó el ir a correr una Media Maratón por tierras lejanas, así que optamos por correr el Domingo en Tortola su Media Maratón. Por todos nosotros es sabido que la media maratón rural del Pico del Aguila, es un "entrenamiento no competitivo" de acuerdo con su reglamento. Por ello no hay clasificación oficial, ni cronometraje.
Pero por todos es sabido también, que al ser humano le encanta compararse con los demás, y mas si cabe con aquellos a los que conocemos, y mas todavía si cabe si somos multitud, y entonces el raciocinio individual se colapsa.
Los saludos iniciales se siguieron de fotos y charletas de compañeros de club que no siempre entrenan juntos y que con algunos muy pocas veces te ves.
Se dio la salida e inicié la andadura junto a Montero y Roberto, hablando un poco de las carreras que tenemos proximamente entre manos y de la forma física actual de cada uno. Por delante ya se formaba un grupeto.
Alrededor del segundo kilometros, tras pasar un cruce indicado por los chicos de protección civil, se iniciaba la ascensión al alto del "Pico del Aguila" y decidí que yo habia ido a entrenar, y que era el momento de la cuesta arriba, así que tocaba apretar el culo.
Arriba nos plantamos tres, Danidaniel, un desconocido para mi y yo, que nos fuimos juntando por el llano hasta llegar al primer avituallamiento. Mientras bebiamos un trago de agua, llegó Abel, con el que iniciamos el descenso.
Dani y yo nos tomamos la bajada en serio, y nos despegamos de nuestros acompañantes. Estaba contándome el barrizal que hubo el año pasado, cuando de repente llegamos a Ciruelas. Llevabamos buen ritmo, fuertecito pero sin morir. A la salida del pueblo apareció la sorpresa del camino "verde". Un camino tapado por la masa herborea que habia que pasar a tientas, sin saber donde pisabas. Justo en el cruce con una carretera, dudamos para donde seguia el recorrido, así que optamos por esperar a Abel, que era el único de los allí presentes que se lo sabía.
Nos pusimos en marcha de nuevo los cuatro, en dirección al segundo avituallamiento, pero pronto se descolgaron. Otro traguito de agua, y en marcha de nuevo.
Los últimos seis kilómetros son toboganes enlazados. Continuos sube y bajas con desnivel negativo. En ese terreno me encontré muy bien, cambiando la zancada según cambiaba el terreno y con un ritmo que después, en meta, Dani me diría que era por debajo de 4´el km. En uno de esos repechillos se quedó y a pesar de esperarle me indicó que siguiese que llevaba mejor ritmo que él, así que solo quedaba entrenar esa parte de sufrimiento que es darlo todo hasta llegar a meta.
Parece una crónica de una carrera, pero es que este entreno es así. Es como si fuese una carrera, pero sin dorsal. Y no es que yo me lo tomase así, es que en meta no entraron grupos de mas de tres componentes.
En definitiva, buen entreno.