Tunel de San Adrian. |
Cima del Aizkorri. |
ASCENDIENDO Y DOLOR. Un tobogán desde San Adrián-Aizcorri-Oazurtza (59-68km
+950m -1200m) De repente me llaman a voces…”Luisssss!!! Ya estoy. Me grita
Juanra desde el fondo. ¿te espero? Le contesto…. No, tira. Ahora voy.” Continúo
a mi ritmo que es fuerte en ese momento. Ahora toca subir el Aizcorri empezando
tranquilo para que no se te atasque la cuesta. Conozco el camino “del calvario”,
así que no me va a sorprender su longitud. Creo que Juanra me enganchará en la
bajada. Corono, y me cantan el puesto 18 en la cumbre. Hasta ese momento no tenía
ni idea del puesto que llevaba. El descenso hasta las campas de Urbía me vuelve
a recordar donde esta mi rodilla izquierda con pinchazos agudos. Es un descenso
pino, pedregoso y duro. En resumen, muy complicado. Y de nuevo, vuelta a subir
al collado de Andraitz por el recorrido de la Zegama. Durante el nuevo descenso
al avituallamiento de Oazurtza la rodilla empieza a decir “Basta ya”. Me pasa
el primer corredor desde hace horas. Yo confío en llegar, “solo” me quedan
veinte kilómetros.
PADECIMIENTO durante los diez kilómetros entre
Oazurtza-Mutiloa (68-78km +200m -700m). Cuesta arriba me defiendo, pero las
cuesta abajo pinas me matan, me destrozan a dolor. Inicio una espiral de
pensamientos negativos que me harán sufrir más si cabe. El cálculo del
espacio-tiempo que me queda hasta meta va variando constantemente. Durante, al
menos, una hora mas, no me pasa nadie, a pesar de ir andando. Creo que Juanra
se habrá retirado. De otra manera estaría ya conmigo. Poco a poco van llegando
corredores, que sin ir deprisa me van pasando. Se me hace largo,…. muy largo y
tedioso. ¿Dónde estará Mutiloa? ¿Cuánto me quedará? Por fin llego. Me parece
mentira, pero llego a pensar en retirarme. Una parte de mi quiere acabar con
este sufrimiento y otra parte me dice que solo quedan diez kilómetros. Con esta
tesitura me despisto, apenas como tan solo bebo.
Llegando a meta en Beasain. |
SUPLICIO Y TORMENTO es lo que me queda hasta meta. Mutiloa-Beasain (78-88km +325m
-350m). Nada mas salir del pueblo me enfrento a una cuesta que ya no me
esperaba. En su cumbre me “salva la vida”, con un trago de agua fresca, una
fotografa de la organización. Voy desesperado. Mucho dolor y la mente en mal
estado. Necesito ánimos, y llamo a Arantza. Le cuento que voy mal, pero no tan
mal como realmente iba. Le doy una previsión de llegada y por un momento la
mente se dispersa. “Tengo que llegar”, ”me queda una hora dura, pero llego”. Me
siguen pasando corredores, pero ninguno es Juanra. Calculo a 10minutos el
kilometro. De vez en cuando paro. Estiro. Cojo aire. Sigo andando. “Quiero
llegar”.
Meta de la G2Haundiak |
SUFRIMIENTO Y MUCHA ALEGRIA al entrar en Beasain. Me anima
un ciclista en el puente de entrada “Venga chaval, que ya has llegado.
Enhorabuena” todavía me queda kilometro y medio y se me humedecen los ojos. ”Muchas
gracias” le contesto agachando la cabeza, mostrándole mi agradecimiento. Desde
allí hasta la meta es una explosión de felicidad. Los mayores están de vermut y los niños en los columpios.
Todos se paralizan, al verte llegar, para animarte. Los mayores se levantan de
las sillas “vamos champeldun” te animan. Los niños corren para chocarte la mano.
Desde las tiendas salen a la puerta para darte animos. Yo sigo andando. No
puedo correr. “Gracias, muchas gracias” intento contestar a todos los que me
animan.
FELICIDAD al ver a Gala y Elio correr hacia mi. FELICIDAD al
sentir sus labios en mis mejillas y sus brazos abrazarme. FELICIDAD al cogerles
sus manos para entrar en meta. FELICIDAD al ver a Arantza al final de la recta haciéndome
una foto. MUCHA FELICIDAD al entrar en meta y haber vivido y sobrevivido la
G2haundiak.
32º 14h 05min 20 seg
SORPRESA a los diez minutos. Juanra no se había retirado.
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