DUDAS como siempre antes de una prueba. La mas importante…
si el descanso iba a ser suficiente. El viaje lo había tenido que hacer el
mismo día por motivos familiares. Partiendo desde Guadalajara a eso de las diez
de la mañana. Llegando a Beasain al medio día, esperando descansar algo a la
hora de la siesta. En cuanto al material, teniendo en cuenta las temperaturas
esperadas (20ºmin-32ºmax) y las posibles tormentas, estaba bastante claro. Manga
corta y material obligatorio.
ALEGRÍA de reencontrarme con Juanra y Leire, para compartir
esta experiencia. Así como con mi amigo Manolo, que se animaba a hacer esta carrera
sin haberla preparado expecíficamente.
CALMA a la hora de recoger los dorsales. Calma también a la
hora de echarme la siesta que no consigo echarme, dados los nervios de mis
hijos. Con lo que de nuevo vuelven las dudas.
La espera tras la cena. |
DIVERSIÓN en los columpios y en la posterior cena. Alrededor
de los platos no se nos ve nerviosos, a Manolo y a mi. Quizás, porque no
tenemos nada que perder. Solo venimos a disfrutar. Ya han pasado los años en
los que competíamos por hacer pódium y cumplir con lo esperado tras duros
entrenamientos. Ahora los entrenamientos son casi igual de duros, pero las
competiciones no.
ALBOROZO de Gala y Elio saltando y bailando sobre los
charcos que ha dejado la tormenta una hora antes de la salida. Mientras
rematamos las cervezas de última hora, las noticias corren como la pólvora.
Entra un señor en el bar y…“Están diciendo que se atrasa una hora la salida.
Que va a ser a las doce 00.00”
ANSIOSOS de empezar, nos toca esperar una hora de bar en bar.
Pasando de la cerveza de la cena al café doble del tiempo muerto. Por fin
entramos en la zona de salida entre bromas, y nos confirman el rumor que
corría…”no se subirá el tramo final del Txindoki, por peligro”.
HONOR es lo que sientes, cuando te cantan los bertsolaris y
te bailan un aurresku. Todo un pueblo está esperando a que salgas a correr para
alentarte y aclamarte, y ha llegado el momento.
EMOCIÓN desbordante en el tramo Beasain-Zaldibia (0-7km). La
gente por las calles animándote. Parando la verbena del pueblo para que pases
tu, y otros locos como tu. Esperándote mas de una hora a que hagas aparición
por su pueblo. Niños ofreciéndote el saludo. Jóvenes arengándote con el cubata
en la mano. Mayores aplaudiendo y gritándote “vamos, campeones”. Siete kilómetros
donde te tienes que frenar, porque si no, de la emoción correrías como en un
diez mil. Junto a Juanra, como buen maestro de ceremonias recorro este tramo
comentando las sensaciones.
ACELERADO en exceso entre Zaldibia-Larraitz (7-18km). Buena
grupeta hemos cogido. En los tramos llanos me cuesta seguirles, hago un poco la
goma. Juanra comanda el grupo y nos lleva fuertes. Durante el descenso nos
estiramos. Justo antes de llegar al avituallamiento pasamos a Zigor Iturrieta
con una fuerte tos (se retirará en este punto). Nos encontramos mucha animación
a pesar de ser mas de las dos de la mañana. Nos hacen fotos. Estamos muy
contentos y al mismo tiempo muy concentrados. ¡seguimos!
Avituallamiento de Larraitz. |
DUREZA es lo que nos espera para subir al Txindoki entre
Larraitz-Uarrain (18-28km). Es el momento de desplegar los bastones, coger ritmo
de ascenso y cambiar el paso. Poquito a poco, paso a paso vamos ascendiendo. De
repente los pelos de los brazos se empiezan a erizar. ¿Son los truenos a lo
lejos qué rebotan? Son los arboles del bosque qué nos hablan. Es una TXALAPARTA
dándonos sus mejores sonidos en el collado del Txindoki. Pero la subida no
acaba allí, continúa hasta el Gambo con breves descansos. Sopla el viento. Empiezo
a encontrarme mal. Tengo dolores de tripa. Me cuesta seguir a Juanra y el grupo
en el que nos hemos integrado. Tras beber decido parar en el avituallamiento.
Necesito descargar la tripa. Dar la vuelta a los dolores del intestino. Como
plátano, tomo resuello y seguimos.
RESISTENCIA es lo que me repito una y otra vez entre
Uarrain-Lizarrausti (28-36km). Descendiendo primero por campas empinadas y mas
tarde por bosque cerrado. Gracias al ritmo pausado, al cariño dado por parte de
Juanra, en ese tramo, he acabado el ultra. Es un tramo sencillo, que a pesar de
descender a mi se me hizo cuesta arriba. Un poco de sufrimiento no viene mal.
Nadie nos ha dicho que va a ser fácil. En Lizarrausti no nos entretenemos.
Salimos tras beberme unas cocacolas y algo mas, comer plátano y sandía. No me
entra otra cosa que no sea alimento natural.
Llegando a Etxegarate. |
FORTALEZA ascendiendo el cuestarrón que hay nada mas salir
de Lizarrusti- Etxegarate (36-50km) Empiezo a subir marcando yo el ritmo,
cuando me doy cuenta que ya no tengo dolores, he empezado a sudar bien y vamos
con muy buen ritmo. Poco a poco vamos pasando corredores. Algunos de los cuales
nos siguen, otros no. Luego es un continuo sube y baja por un bosque infinito.
Quince kilómetros pisando hojas perfectamente marcado. Parece como si unas
hadas nos indicasen el camino. La luz del frontal desgasta la vista, y vamos
dándonos relevos para comandar el equipo. Yo hago principalmente las subidas y
Juanra con su potente nao las bajadas. Sin hablarlo nos compenetramos a la
perfección. Avanzamos rápidamente. En el km 44 pita el reloj…6 horas. Poco
antes de iniciar el descenso a Etxegarate le toca el momento flaco a mi
compañero de viaje. Bajo el ritmo. Intento llevarle suave, con cariño. No se si
lo consigo. El avance se ralentiza, pero es lo de menos. Vamos juntos, está
amaneciendo, empieza un día nuevo y ya llegamos al avituallamiento. Las siete
en punto. Allí, la rutina de llenar los bidones, comer un poco y la novedad de
cambiar de camiseta aprovechando la bolsa que te lleva la organización.
Enhorabuena!! Eres un maquinón!!
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