"Caminante no hay camino, se hace camino al andar"

"Caminante no hay camino, se hace camino al andar"

si vas corriendo, más camino andarás.

jueves, 9 de julio de 2015

Lavaredo....viaje romántico de un trío. Dia1.

Tras las peripecias del día anterior, y haber dormido como un bendito (esto es descanso postraumático), había que viajar a Italia prontito para aprovechar el día.
Desde el día que nos tocó el sorteo del dorsal, no dudamos en viajar juntos, y bien avenidos. Daniel, Alejandro y yo mismo nos conocemos desde hace un par de años gracias al Team Raidlight (esas ventajas que proporcionan las nuevas tecnologías). Hemos coincidido en alguna competición, hemos compartido algún que otro entreno y entendemos el Mundo de manera parecida. Son gente con los que viajar es un placer.
Como anécdota diré que para entrar en el avión no me pidieron el DNI, con un escueto...."llevareis el DNI" y una sonrisa, nos despacho la azafata (lo que ahora creo que se llama asistente de vuelo).
El vuelo en si mismo no tuvo nada que reseñar salvo la paliza que tuvieron que aguantar, batallita va y batallita viene, los de la fila de delante. Si soy yo y me tocan tres pesados así, me cago en sus putos miles de km que corren a lo largo y ancho del año.

Y por fin Veneccia. ¡que bonita es desde el aire! y desde tierra. Optamos, con buen acierto, en verla ese mismo día mejor que el día de vuelta. Y digo con acierto, porque el día de vuelta yo no podría haberla visitado igual de bien.


Desde el mismo aeropuerto nos embarcamos en una especie de bus acuático. Existen autobuses que van por la carretera pero el viaje mereció la pena. En la primera parada nos bajamos. Eran la afueras, y fué nuestro segundo acierto. Una zona preciosa, donde todavía vive gente y no hay aglomeraciones.

Poco a poco, después de comer,  nos fuimos acercando al meollo de la ciudad de los canales.
Podrías estar paseando miles de horas. Tiene rincones preciosos en cada esquina. Yo diría que es mas bonita de lo que parece, aunque con lo poco amigo de las aglomeraciones que soy, el centro neurálgico fué de lo que menos me gustó (Puente Rialto y Plaza San Marcos).

Perderte un poco sin rumbo, y buscar después  donde estás, es una de las experiencias que merece la pena. Entre el voy, el vengo, pasito va y pasito viene, nuestro entreno del día de 12 km hicimos.

Sobre las seis y pico de la tarde decidimos partir de nuevo al aeropuerto para trasladarnos y llegar a cenar a Cortina D´Ampezzo. Por el camino, hicimos la compra de viandas, pan y fruta del país para poder degustarlas a la luz de las velas. jjjjjjjjjj.
Ya sabeis lo que es cenar para los ricos de espíritu....una mesilla de noche da mucho juego y mas si es para tres.
El día no dío para mas....os parece poco.

NOTA: La casualidad hizo que los tres llevásemos la camiseta de la mejor carrera del mundo mundial ¿por qué será? ¿faltaba el cuarto equipier?

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